1. |
Sobre las ramas
05:09
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En la orilla del bien o a la vera del mal
busca palabras que ayuden a explicar
que no quiso dormir, sólo quiso soñar
porque estar despierto es algo leve
No adhiere a la fe de la velocidad
el tiempo es una lanza cuando sabe esperar
Imposible de ver con el miedo a encontrar
una mirada que da lumbre
Suspender
el viejo vértigo cruel
de la oportunidad...
No busca el balcón de la eternidad
ni atarle valor a las cosas que no están
Sincero como este sol, no se detiene a pensar
en cuándo alumbra y cuándo quema
Es el que enseña sin preguntar
ni entregar medallas
Es el que aprendió a caminar
sobre las ramas
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2. |
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Frío invernal, las horas bajan como afilando
una espada que no corta papel
y entre nosotros, esa distancia que siempre callamos
agitará las cadenas
Hay una voz que no quiere reaccionar así
Yo conocí la juventud de espíritus brillando
sin horizonte en un pueblo del sur
Si alguna vez vuelve a pasar ese querido barco
voy a quemar todo puerto para que no me lleve
Hay una voz que no quiere reaccionar así
Puedo mirar hacia atrás,
volver en mis pasos
pero buscar el mañana
es lo que me hace ser
Abrir los puños y soltar,
recibir los rayos,
no abrazar más santos
que ya no me dejen ver
Hay una voz que no quiere reaccionar así
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3. |
Días de paz
03:48
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Como un lamento lejano
una tormenta por nacer
Como un sueño ya soñado
yo siento a mi ansiedad volver
No es que yo quiera olvidarla
tampoco huir sin verla más
Cuando no muestra su cara
siento que nada va a pasar
Hay gente que no quiere estar sola
Hay gente que no quiere esperar
Los días pasan sin calma
y yo cansado de correr
espero ver a mi hermana
a mi siamés que ya se fue
Como un lamento lejano
una tormenta por caer
como un sueño ya soñado
yo siento a mi ansiedad nacer
Hay gente que no quiere estar sola
Hay gente que no quiere esperar
Ansiedad...
El tiempo se va,
se aleja tras de mi,
aciagos son los días de paz
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4. |
Sendeta
04:10
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Una mañana hecha para olvidar
muerde la suerte al hombre inocente,
lo devora sin masticar
Un cuerpo hundido en la brutalidad
ya es del asfalto el maíz caliente,
la leyenda ha de comenzar
y juntos compartimos la libertad
de ir donde nos llamen los amigos
Algunas flores crecen entre el metal
con su poesía libre y rebelde
iluminan todo el lugar
Coro de hermanos, fino hilo de fe
es tu recuerdo el que calienta el pecho
para poder seguir a pie
y juntos compartimos la libertad
de ir donde nos llamen los amigos
y juntos compartimos cada vez más alto el camino
cada vez más alto este camino
Cuánto falta para volver
al camino que espera por ser
Doblo el tiempo hasta poder ver más alto
Siempre hay un poco más alto
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5. |
En las primeras horas
04:15
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Sigo el hilo que dejó tu voz
un eco fugaz
Me pregunto dónde se perdió
o si volverá
Soy el soplo de una creación
que nunca admirás,
un reflejo que no soportás
de tus fallas
de tus marcas
Volver, volver, volver
a ver las mareas crecer
en las primeras horas
Te escondiste del suave calor
del más tierno amor
donde un hombre encontraría ya su paz
Y esta es mi forma de hablar
de acariciar el tiempo sin vos
Tal vez debería aceptar
fue siempre el mismo juego de
volver, volver, volver
a ver las mareas crecer
en las primeras horas
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6. |
El pulso de la pendiente
04:58
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De encontrar la salida
te quiero dejar
una huella tan tibia
como de animal
y cuando tengas sed
o cuando ya quieras volver
escucha una cosa
Las palabras servidas
no te las puedo dar
ni respuestas que digan
que todo va a pasar
Pero vas a ver
que en mi ciudad vas a encontrar el camino
que alivie tus pies
Como una luz que brilla en soledad
o una mañana que a poco se impone,
día tras día todos dicen adiós
sin hablar
sin amor
sin ninguna inspiración
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7. |
Mercenario
03:07
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Dame tu mano mercenario
tengo cruz, una vela y una razón
Te invito a soñar en este ocaso,
espiando la calle desde el portón
En la noche estamos bien callados
escuchando a los lobos que acechan detrás
Si quieren comer nuestro ganado
ahí es cuando mostramos los dientes
Todos saben odiar,
pocos son que conocen su memoria
Sólo quiero una cosa,
esa es mi libertad de amar sin formas
En nuestra pequeña iglesia blanca
nos hincamos solemnes y hablamos con Él
Que su mano cuide de mi espalda
y que nunca nos falte el alcohol en gel
Si quisiera olvidar que esto fue una derrota
nunca el tiempo fue tal para hacerme sentir
que evitando el ayer no lo podemos entender
y sólo desaparecemos
Todos saben odiar,
pocos que conocen su memoria
Sólo quiero una cosa,
esa es mi libertad de amar sin formas
Como un perro consentido
no nos vamos a bajar del sillón que el amo da
Como hombres sin sentido
nos guardamos la verdad para nuestra soledad
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8. |
Nudos
03:21
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Silencio,
como el que asusta después de hablar de más
Y el tiempo
que siempre empuja y nos disuelve al pensar
Baja el diablo en mí
el que inclina la balanza
y al fuego de su danza y tu alabanza
nos cocina, siempre el mismo final
Querías la razón o desenfundar
la fascinación por normalizar
no hay mentiras blancas en la oscuridad
Baja el diablo en mí
el que inclina la balanza
y al fuego de su danza y tu alabanza
nos cocina, siempre el mismo rival
Cómo explicar este nudo que encontraste
me quedé sin hambres para compartir
Sin poder ser todo, sin querer ser parte
siempre el mismo final
el mismo final
Nunca aprendí
cómo amansar el calor que se lleva lo mejor de mí
cuando los miedos nos vienen a cobrar
siempre el mismo final
Cómo explicar este nudo que encontraste
me quedé sin hambres para compartir
Sin poder ser todo, sin querer ser parte
siempre el mismo final
el mismo final
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9. |
Los días más felices
04:24
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Días en los que no supe hablar
descansan en mí
Creí que todo eso que brillaba bajo el sol
eran solo mis memorias
Podría verlas perecer
o perseguir su sombra
Los días más felices
llegaron a nuestras vidas
como la luz divina
Aquello que no creí buscar
me alcanza al fin
y el olor a vísperas que llena este lugar
honra lo que no se nombra
Si ahora es tiempo de aprender
no busco más salidas hoy
ni dormirme a la deriva en vos,
seré el alba que despierta la avenida
Los días más felices
llegaron a nuestras vidas
como la luz divina
En un tiempo que no esperaba
en la mañana que está por venir
en las horas que las luces bajan
lo sabremos recibir
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Tulús Ciudad Autónoma De Buenos Aires, Argentina
Santiago Compiano / Guitarra y voz
Martín Santoro / Guitarra
Emiliano Caffarelli / Bajo
Francisco Moscuzza / Batería
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